Historias reales

‘Recuerdos tengo millones, lo pienso y me sale una sonrisa’

Hay destinos que te marcan para siempre y el de Elisa, sin duda, es Vancouver (Canadá). Ella, como otros muchos jóvenes, se embarcó con nosotros en una de las experiencias más enriquecedoras de su vida, para realizar el curso 2019-2020: “Decidí ir a Canadá porque mi hermana hizo allí un año, Primero de bachiller y me contaba historias de que se lo pasaba super bien. Yo sabía que quería hacer un año fuera y sabía que no lo quería hacer en Europa porque ya que me iba, me iba lejos”.

Descartó otras opciones como Estados Unidos y se empezó a informar «sobre Canadá y vi que tenía una Educación impresionante y que la Sanidad también era muy buena, los paisajes sobre todo me llamaron un montón, así que dije ‘¿por qué no?’”.

Uno de los miedos que tenía Elisa era el idioma: “No tengáis miedo a hablar. Yo al principio cuando llegué decía ‘no sé si hablar por si se van a reír de mi acento’, pero para nada. Son super majos y no tengáis miedo a abriros un montón. Un año se pasa volando”.

A los padres les dice que todo «va a salir bien con vuestros hijos. Mi madre se estresaba muchísimo si no le contestaba, pero que no pasa nada. No os preocupéis que ya veréis que todo genial».

Con la familia: «No paré de hacer cosas»

Los primeros días, nada más llegar, «mi familia me fue a buscar al aeropuerto y no paré de hacer cosas. Yo también tenía a niños pequeños en la familia y estaba todo el rato jugando o cocinando con mi madre de allí… Todo el rato haciendo cosas, no paraba”, nos cuenta la joven.

En el colegio, le fue fácil hacer nuevas amistades: “En un minuto como que ya tienes amigos, porque son los internacionales. Al estar pasando lo mismo que tú, el estar fuera de tu casa y tu familia, en un país nuevo, es como que estáis pasando lo mismo. Os hacéis amigos desde el primer día. Poco a poco fui conociendo a canadienses. El primer mes ya tenía amigos canadienses porque son muy abiertos y muy majos. Conocí a la mayoría en clase en el colegio o por la familia. Sigo conservando relación con internacionales”.

En cuanto al inglés, su nivel ha mejorado mucho gracias a este año en el extranjero: “Antes de ir a Canadá decía ‘yo es que ya sé inglés, pero bueno, algo mejorará’, pero llegué allí y dije ‘¡pero si no se nada!, me hablan y no se inglés’. Me hablaban y no entendía mucho porque hablaban muy rápido para mí o yo hablaba y no me entendían. Pero super rápido vas a entender un montón y a ti te van a entender y genial. He notado que mi inglés ha mejorado un montón. De hecho, al volver aquí y estar con mis amigas me decían que dijera algo en inglés y yo decía cosas y se quedaron sorprendidas. También vais a notar que al estar aquí va a pasar algo y vais a decir una expresión en inglés que aquí no tiene sentido”.

El COVID fue protagonista en su año escolar en Canadá, ya que le pilló allí en pleno curso. “Cuando estaba allí», explica, «pasó en marzo el tema del COVID y allí cuando todo empezó a hablarse yo seguía en clase y luego tuve las vacaciones de primavera y cuando estaba en vacaciones empezaron a hablar el gobierno de Canadá que iban a cerrar las clases y que lo iba a tener todo online. Sí es verdad que me asusté un poco por estar todo online, pensaba que no iba a volver a ver a mis amigos, pero genial. Yo hacía vida normal con mi familia. Tenía clases online por la mañana, que por cierto los profesores me ayudaron muchísimo, y por la tarde salía con mis amigos, me iba a la playa, al lago, a la montaña, y con la familia hacía cosas, no paraban. Las últimas tres semanas que estuve allí volví a ir al colegio, así que bastante bien”.

Volver a España: muchas cosas por contar

Llegó el tiempo de regresar a nuestro país y, al volver, «me he sentido que tengo muchas cosas que contar, pero que aquí no ha cambiado tanto. Yo tengo muchas cosas que decir y aquí todo sigue igual”.

Todo ello, tras una experiencia que le ha cambiado “muchísimo, pero la volvería a repetir mil veces. De hecho, es que no me quería venir. Yo me hubiese quedado allí perfectamente”.

Para siempre guardará los miles de recuerdos que tiene: “Empiezo a pensarlo y me sale una sonrisa. Uno de los mejores recuerdos fue con la familia, cuando aprendí a esquiar porque mi familia tenía una casa en la montaña, entonces me enseñaron a esquiar, cogí clases, esquiaba con ellos… fue genial. Cualquier recuerdo con mis amigas y amigos, yendo al lago, a la playa, comiendo…” “Este año me lo he pasado super bien, estoy segura de que os lo vais a pasar genial. No tengáis miedo y mucha suerte”.

Si estás quieres vivir la misma experiencia que vivió Elisa, ¡no dudes en ponerte en contacto con nosotros!